09 mayo 2016

Hologramas de negocios



Últimamente hemos podido ver cómo se está explotando una nueva técnica en lo que a teleconferencias se refiere: los hologramas telepresenciales. De hecho, no son exactamente hologramas, sino unas pantallas especiales con una óptica adaptada que simulan un cuerpo en tres dimensiones si no te acercas demasiado para romper la ilusión.

Tal vez los videohologramas no se logren nunca, no sé si es físicamente posible, pero a efectos prácticos estamos ya muy cerca de mantener videoconferencias con un realismo increíble.

Isaac Asimov especulaba en su serie de los Mundos Espaciales de sociedades xenófobas en las que el contacto personal era prácticamente tabú y la gente no mantenía relaciones presenciales salvo si no era absolutamente imprescindible. Las teleconferencias estaban al orden del día.

En nuestro mundo en el que el combustible de los aviones será cada vez más caro, ¿para qué viajar si una videoconferencia te lo puede solucionar? Una cosa es una conversación telefónica impersonal y otra muy diferente es poder ver al interlocutor, sus gestos, su conducta, sin necesidad de estar allí realmente.

No representará ninguna revolución, porque hace tiempo que ya disponemos de ella, pero su uso será cada vez mayor y más sofisticado y la necesidad de viajar por negocios, posiblemente se reducirá.