Ciudadano del espacio / Robert Sheckley
Ciudadano del espacio
Robert Sheckley
Citizen in Space (1970)
Ed. Edhasa
Págs.: 195
1977
Ciudadano del espacio es una de las más
conocidas antologías de relatos de Robert Sheckley, maestro del relato corto de
ciencia ficción en clave moralista e irónica. Los relatos que la componen
fueron escritos en la primera mitad de la década de los años 50 del siglo XX y
deben situarse en el contexto histórico entre la postguerra mundial y la guerra
fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Aunque cada relato es independiente, abundan las narraciones
que tratan sobre utopías o supuestas utopías humanas, siempre en clave irónica
o incluso sarcástica.
En "La montaña sin nombre" ("The
Mountain Without a Name", 1955), una compañía terrestre debe
convertir un idílico planeta poblado por “primitivos” en una colonia útil a los
seres humanos. Para ello, deben acabar con la montaá más alta del planeta
mediante una cadena de explosiones y el uso de maquinaria pesada. Aunque las
cosas no suceden como están planeadas, claro. Shekcley ironiza sobre quiénes
son realmente los “primitivos” y sobre las creencias mágicas de éstos.
"El contador" ("The Accountant",
1954) tiene unas ciertas reminiscencias a Harry Potter,
aunque en un sentido contrario al de dicha novela: un matrimonio de magos están
muy preocupados porque su hijo quiere ser contable, en vez de seguir con la
tradición familiar y para ello recurrirán a todo tipo de artimañas, con poca
suerte.
"Caza difícil" ("Hunting
Problem", 1955) es una relato sarcástico sobre unos muy
peculiares boy-scoutts extraterrestres y unos humanos ávidos
de riquezas que han aterrizado en un planeta.
"Un ladrón en el tiempo" ("A Thief
in Time", 1954) es un relato con aires clásicos de un viajero en
el tiempo, a medio camino entre La máquina del tiempo de H.
G. Wells y algunos relatos clásicos de Robert A. Heinlein.
"Un hombre de suerte" ("Fortunate
Person”, “The Luckiest Man in the World", 1955) es uno de los más
flojos de la colección y trata sobre un hombre enfrentado a la extinción de su
raza.
"No tocar" ("Hands Off",
1954) es otro relato irónico entre un extraterrestre “bueno” y unos cuatreros
humanos que deciden robarle la nave con cómicas consecuencias.
"Algo a cambio de nada" ("Something
for Nothing", 1954) es otro clásico relato que trata sobre una
caja que concede deseos y sobre el uso y el abuso que puede hacerse de ella. Aunque
el relato contiene también una soterrada crítica ante el sistema de crédito
capitalista.
"Un pasaje a Tranai" ("A Ticket to
Tranai", 1955) es tal vez el más elaborado de todos los relatos
que componen la antología y versa sobre una supuesta utopía ubicada en la otra
punta de la galaxia a la que llega un humano cargado de las más buenas
intenciones, que acaba descubriendo, con gran temor, que la utopía es muy
relativa y que no se vive tan mal en la Tierra.
"La batalla" ("The Battle",
1954) es un irónico relato sobre el Armagedón, la batalla final entre las
fuerzas celestiales y las fuerzas infernales y sobre el papel que toman los
humanos en la batalla.
"Autorización para delinquir" ("Skulking
Permit", 1954) también trata sobre un planeta utópico, una
colonia olvidada de la mano de la civilización terrestre y de los esfuerzos que
éstos deben hacer para “civilizarse”. Uno de mis favoritos.
"Ciudadano del espacio" ("Spy
Story”, “Citizen in Space", 1955) es una surrealista historia de
la guerra fría extrapolada al espacio, sin mayores repercusiones y que da
nombre a la antología.
"Preguntas ingenuas" ("Ask a Foolish
Question", 1953) tiene bastantes reminiscencias al relato de
Douglas Adams sobre una computadora que tiene la respuesta a todas las
preguntas y concretamente, al sentido de la existencia (recordemos, que la
respuesta a todo es “48”). En este relato, todos los pobres diablos que se
acercan al oráculo y formulan sus preguntas acaban saliendo más confusos que
otra cosa, pues, como cuenta el relato: “para poder formular la pregunta
correcta, hay que conocer buena parte de la respuesta”.
En general, una buena antología de relatos, muy típicos de
Sheckley, con su moralina, su ironía, su sarcasmo y su buena dosis de
reflexión.
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