14 enero 2014

Correlaciones: Exoesqueletos



Leo en prensa el siguiente titular: “Comienzan a producirse en serie las armaduras robóticas de ciencia ficción”. Y a continuación: “Panasonic fabricará mil unidades al año de un exoesqueleto que multiplica la fuerza y que venderá por 3.500 euros”.

Estamos ante otro de esos titulares que nos recuerdan que vivimos en un mundo de ciencia ficción y que el futuro ya ha llegado hace días y ha echado raíces en nuestro presente.

La noticia nos puede recordar irremediablemente a películas como Robocop (que no es estrictamente un exoesqueleto) y otras similares, aunque a mí me recuerda inevitablemente a dos relatos: “El hombre de la casa de la carne” (“Meathouse Man”, 1976), contenido en Híbridos y engendros, de George R. R. Martin y a “Blue champagne” (“Blue Champagne”, 1981), de John Varley.

Aunque estoy convencido de que si rascamos un poco, encontraríamos unos cuantos relatos más sobre armaduras multiplicadoras de fuerza en el mundo de la ciencia ficción.

En el primer relato, el uso de los exoesqueletos es de carácter industrial, mientras que en el segundo, es de carácter terapéutico.

La cosa tampoco es estrictamente nueva. Recordemos las famosas manipuladoras de productos altamente radiactivos o de alta peligrosidad que hemos podido ver en muchas películas futuristas (y no tan futuristas).

La novedad es que estos exoesqueletos por primera vez son de cuerpo entero y preveo que tendrán multitud de aplicaciones, desde aumentar la productividad y seguridad de ciertos trabajos mecánicos, hasta usos terapéuticos para personas impedidas físicamente.