24 julio 2007

Otra vez los dichosos saldos

Lo han vuelto a hacer. En este caso, La Factoría de Ideas. Tenemos en el mercado del libro de ciencia ficción español otro dichoso saldo. De acuerdo, es muy goloso eso de poderse pillar unos cuantos libros a buen precio, pero seamos realistas: ¿si tanto nos interesaban, por qué no nos los comprábamos antes? El precio, puede ser una respuesta, claro, y es que los libros de La Factoría no destacan precisamente por ser baratos.

¿Afectará el nuevo saldo al mercado español? Yo creo que repercutirá más bien en nuestras conciencias. Los tontos que hemos comprado los libros a su precio original, estamos ahora bastante cabreados al ver esos mismos títulos a precio de ganga. Claro que, en el sector, este fenómeno suele ser periódico, así que tampoco podemos decir que nos pille desprevenidos.

Pero sobre lo de las repercusiones, es evidente que todo saldo arroja al mercado potencial lector una oferta importante de títulos a bajo coste que pueden hacer que, más que no comprar otros libros, el lector lea menos de otras editoriales y, por lo tanto, acabe comprando también menos.

Lo cierto es que últimamente hemos asistido a varios saldos. Desde el cierre de Robel, pasando por algunas maniobras por todos conocidas de Pulp ediciones y a saldos de tramos de colecciones como en Nova. Y a pesar de ello, el mercado no sólo no parece haberse resentido, sino que hemos visto la aparición de nuevas colecciones de ciencia ficción, como Runas en Alianza editorial u Ómicron en Roca editorial, amén de una cierta bonanza en colecciones de bolsillo por parte de Ediciones B y la propia Factoría.

Parece que el mercado puede absorber bastante más de lo que algunos agoreros pronosticábamos hace tiempo. Resumiendo la situación, podríamos tomar la divisa de la ciudad de París, Fluctuat nec mergitur, o sea, algo así como “nos tambaleamos, pero no nos hundimos”.

No obstante, algo de preocupante sí que veo en el horizonte y no tiene que ver tanto con la cantidad de los títulos publicados, como en su calidad. Las dos editoriales que tradicionalmente ofrecían mejor ciencia ficción en nuestro país, Ediciones B y Minotauro parece que están en una cierta recesión. Lo de B es bastante triste y Minotauro, salvo alguna excepción, también parece haber aplicado una política de contención que asusta.

Para mayor lamento, las nuevas colecciones de ciencia ficción surgidas, tras una aparente entrada fulgurante en el panorama narrativo, parecen haberse estancado con la publicación de títulos no excesivamente atractivos.

Queda por ver qué sucederá con las tres editoriales medias que nos quedan y que publican ciencia ficción, a saber: Bibliópolis, La Factoría y Gigamesh, aunque tampoco catalogaría a La Factoría como editorial media, pues parece que se ha posicionado extraordinariamente bien en el mercado nacional de literatura fantástica.. Permaneceremos atentos…