Visiones 2014
Quisiera comentar tres
relatos contenidos en la antología Visiones 2014 que me han
llamado la atención, por uno u otro motivo.
Comenzaremos con el
relato “Güijas cuánticas y bufandas del Atleti” de Pedro López, en el que se
nos habla de una moderna tecnología cuántica que permite a los vivos comunicarse
con aquellos seres queridos que perdieron hace tiempo.
Curiosamente, el relato,
más que entrar en ñoñerías emocionales se centra en el sentimiento de la
venganza, con una cierta mala leche que lo torna bastante divertido, rayando en
el humor negro.
“Hijos de Coubertin” de Antonio
y Juan González Mesa es un gran relato sobre la evolución de la búsqueda de
récords en el deporte olímpico que ya hoy día empieza a augurarse y que no deja
de ser la evolución consecuente de los intentos de muchos “avispados” por
conseguir ganar pruebas deportivas a costa de lo que sea.
El relato, además, se
entremezcla con otros temas muy de actualidad, como la política mezclada con el
deporte, el terrorismo y la perversión de los medios de comunicación.
Finalmente, en “Sabemos
lo que te gusta” de Aitor Solar Azcona, nos encontramos cara a cara con algunas
de las consecuencias que puede reportar el auge de las compras por internet y
la cada vez menos cortapisas que tienen las grandes empresas que mueven
montañas de información privada sobre sus clientes y que utilizan a discreción
y de las nefastas consecuencias sobre la vida privada que pueden llegar a
representar para todos nosotros.
Correlaciones: el declive de las abejas melíferas
Vivimos tiempos
convulsos. Seguro que si navegáis por internet habréis visto un anuncio de
Greenpeace solicitando vuestra ayuda para combatir las supuestas causas que
están llevando a la extinción a las abejas. En principio, al parecer, ciertos
pesticidas.
La verdad es que no está
claro si la disminución de las poblaciones de abeja melífera se deben al uso de
pesticidas, al ataque de otras especies (como la avispa asiática) o a algún
tipo de plaga bacteriana. Lo que sí que es cierto es que las poblaciones de
abejas melíferas están disminuyendo alarmantemente.
A parte de la posible
pérdida de biodiversidad, la extinción de la abeja melífera pondría en serios
apuros la polinización de muchas especies, como es el caso de los frutales, y
privaría a los humanos y a otros animales, como los osos, de un manjar como es
la miel.
¿Qué tiene que ver esto
con la ciencia ficción? Pues algo. Esto me hace pensar a veces en un poco
conocido relato de Isaac Asimov titulado “¿Qué es el hombre?”, título sacado de
una cita bíblica (“Y decidnos qué es el Hombre, Vos que cuidáis de
él”) en el que habla de la posibilidad de crear unos microrobots en
forma de pájaro o de insecto que podrían suplir la función de las abejas en un
mundo en el que éstas se hubiesen extinguido.
Esperemos que no
tengamos que llegar a esos extremos y que podamos seguir disfrutando de unos
animalitos que llevan millones de años sobre la faz de la Tierra con notable
éxito evolutivo.
En el nombre del Señor
En la colección de
relatos Mariposas del oeste y otros relatos podemos
encontrar el magnífico relato de Javier Castañeda de la Torre, “El traductor de
Dios”.
En él se nos describe un
mundo ucrónico de corte casi mágico en el que la ciencia que rige es de corte
cabalístico y las cosas funcionan mediante permutaciones de nombres de
naturaleza divina.
Se trata de un relato
muy rico en detalles, realmente absorbente y conmovedor que nos cuenta una
historia de superación, pero también de dominio de una sociedad sobre otra, que
nos recuerda y mucho al actual conflicto entre israelíes y palestinos, en este
caso, con mayor trascendencia, ya que lo que está en juego no es una política
de supremacía política sino científica, de la realidad misma.
La lectura de este
relato me recordó inevitablemente a “Setenta y dos letras”, de Ted Chiang, ya
que tiene una cierta serie de elementos comunes, como la realidad alternativa y
la preeminencia cabalística sobre la de la ciencia occidental. No sé si el
primero se ha inspirado en el segundo, pero en todo caso son registros bastante
diferentes. Muy recomenadable de leer.
Marte a la vista
Una de las películas de
ciencia ficción que he visto recientemente y que me ha gustado bastante es
Marte, protagonizada sobre todo por el actor norteamericano
Matt Damon.
En la película, Damon,
que hace de astronauta en misión de investigación en el planeta Marte, queda
aislado del resto de la tripulación que debe abandonar precipitadamente el
planeta debido a una furibunda tormenta de polvo. A Damon lo dan por perdido y,
de hecho, pasa un tiempo hasta que en la Tierra se enteran de que realmente
está vivo.
El astronauta tiene que
sobrevivir utilizando su ingenio y sus múltiples habilidades científicas hasta
que una futura hipotética misión pueda volver a rescatarlo.
La verdad es que, a
parte de alguna astracanada exagerada muy propia de Hollywood, la película
sigue muy bien los cánones de la ciencia ficción hard y es
bastante creíble. Ya digo, salvo algunos “detallitos”, donde se nota el intento
de lograr un mayor dramatismo de la trama.
También son bastante de
agradecer algunos toques de humor verdaderamente deliciosos.
La película está basada
en el libro El marciano de Andy Weir, tras cuyo éxito de
ventas fue llevada al cine por Ridley Scott, con el título de The
Martian.
Correlaciones: El retorno de la Gallina
Hace poco nos enteramos de
que la Universidad de Maastricht (Holanda) había desarrollado una hamburguesa
sintética a base de células madre de vaca, lo que es un primer paso para
prescindir del sacrificio de animales en el futuro, aunque de momento, la
hamburguesa ha tenido unos costes de desarrollo enormes.
Ahora, Israel,
concretamente la Universidad de Tel Aviv, planea producir carne pollo también a
base de células madre. Ello me ha traído –inevitablemente- a la memoria la famosa
“gallina” que aparece en Mercaderes del espacio, de Frederik
Pohl, una masa de carne informe sin órganos que va creciendo en una fábrica y
de la que van obteniendo el material comestible. La pregunta es: ¿será kosher?
Hay una versión televisiva
con temática similar en Torchwood, en el capítulo de la
segunda temporada titulado “Carne” (“Meat”).
La noticia también tiene
una cierta resonancia con las fábricas CHONS que aparecen en los libros finales
de la Serie de los Heechees, también de Frederik Pohl, en las
que los alimentos del futuro son producidos directamente en unas fábricas
especiales a partir de los constiuyentes básicos de la materia orgánica,a
saber: C(Carbono), H(Hidrógeno), O(Oxígeno) y N(Nitrógeno), amén de otros
elementos minoritarios.
Lo cierto es que si en
el futuro se logra sintetizar comida a partir de componentes inertes a un coste
energético razonable sería un enorme avance para evitar tener que sacrificar
animales, cosa especialmente de agradecer para todos aquellos a quienes nos
apena su sacrificio pero, aún así, somos carnívoros.
Por otro lado,
posiblemente también sería un avance ecológico notable, ya que los ganados de
todo el mundo consumen ingentes cantidades de agua y otros recursos y producen
gases invernadero.