Los hijos de Anansi / Neil Gaiman
Los hijos de Anansi
Neil Gaiman
Anansi Boys (2005)
Ed. Roca Efitorial
Págs.: 379
2006
Se trata de una especie de continuación de American
Gods, aunque es muy diferente de ésta. La historia de Los
hijos de Anasi retoma este personaje y lo desarrolla a través de sus
dos hijos: uno Gordo Charlie, que lleva una vida anodina y
el otro, Araña, quien ha heredado aparentemente los poderes
divinos de su padre Anansi.
Como decía, la historia es muy diferente que la que se
explica en American Gods, ya que es mucho más lineal y
concreta, aunque mantiene el ambiente mágico-antropológico de su antecesora.
La novela se lee bien y es interesante, aunque pierde mucho
si la comparamos con American Gods. En cambio, como novela
independiente, funciona bastante bien.
Los personajes principales están bien tratados, mientras que
los secundarios son algo más borrosos.
Tal vez lo más interesante sean las excursiones de la línea
principal en que se nos narran historias de los dioses primigenios, tal como
sucede en American Gods.
La conclusión es muy del tipo deus ex
machina, aunque el hecho de que estemos tratando con “dioses” que
juegan con el destino de los humanos, justifica bastante este tipo de final.
En general, un libro interesante y ameno, aunque Gaiman es
capaz de hacerlo bastante mejor.
Próximas relecturas
Des hace un cierto tiempo, me estoy dando cuenta de que
algunas obras de ciencia ficción que leí en mi juventud se han borrado casi
totalmente de la memoria. Así como algunas de ellas están grabadas a fuego,
como 2001. Una odisea en el espacio o la Trilogía
de las Fundaciones, de otras recuerdo el título y vagamente de qué
iban.
Pero es que de algunas obras que en su día me entusiasmaron
no me acuerdo prácticamente de nada. Tal es el caso de Las fuentes del
paraíso, de Arthur C. Clarke o de Babel 17, de
Samuel R. Delany. Así que he decidido que en el 2013, emprenderé un programa
selectivo de relecturas.
Éstas son, de momento, las elegidas:
El juego de Ender, Orson Scott Card
Babel 17, Samuel R. Delany
Las fuentes del paraíso, Arthur C. Clarke
Cánticos de la lejana Tierra, Arthur C.
Clarke
Crónicas marcianas, Ray Bradbury
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
Tropas del espacio, Robert A. Heinlein
Estrella doble, Robert A. Heinlein
1984, George Orwell
El texto de Hércules, Jack McDevitt
Contact, Carl Sagan
Estación de tránsito, Clifford D. Simak
Jinetes de la antorcha, Norman Spinrad
Visitantes milagrosos, Ian Watson
Aleta / Christopher Moore
Aleta
Christopher
Moore
Fluke, Or,
I Know Why the Winged Whale Sings (2003)
Ed. La Factoría de Ideas
Págs.: 320
2012
Curiosa e interesante novela del conocido autor de
best-sellers Christopher Moore, que trata sobre el
fascinante mundo de las ballenas en clave de ciencia ficción.
El planteamiento inicial no puede ser más raro: un conocido
estudioso de los cetáceos contempla con sus propios ojos como en las aletas de
una ballena que está estudiando aparecen unas letras: “Que te den”. El pobre
hombre empieza a pensar que está alucinando. Pero pronto comienzan a sucederse
una serie de sucesos extraños que le hacen suponer que se haya detrás de una
pista de algo mucho más grande.
La verdad es que el tempo de la novela es extraño. Tras los
raros sucesos iniciales, durante un montón de páginas no sucede prácticamente
nada. Eso y una extensa cháchara sobre el mundo de las ballenas que tal vez
podría habver sido presentado más sobre la acción, pero en fin, de alguna manera
no se hace aburrida e incita a seguir leyendo.
Después, los hechos empiezan a precipitarse y se vuelven
cada vez más extraños y surrealistas. Lo que parecía inicialmente una novela de
fuera del género, se torna de repente en ciencia ficción, con toques de
surrealismo y de humor.
La novela combina los conocimientos que hoy día tenemos
sobre las ballenas y su canto con la teoría Gaia y con una imaginación
desbordante. Tanto, que a veces la acción resulta poco creíble, aunque ello no
hace perder interés en la novela, que se lee rápidamente.
En resumen, una novela interesante, fácil de leer, con una
imaginación desbordante y algo diferente de otras novelas del mismo autor
quien, afortunadamente, no acaba de tener un claro estilo repetitivo en sus
obras.
Correlaciones: Cenicienta Returns
Se cuenta que las míticas Amazonas se cortaban uno de sus
dos pechos a fin de que éstos no les dificultasen el poder disparar con arco
desde su montura a caballo.
En un orden menor del sacrificio, se explica en el cuento de
la Cenicienta que una de las hermanas feas y malvadas de la Cenicienta se llegó
a cortar un dedo del pie para intentar encajarse el zapatito de cristal con que
el príncipe pretendía encontrar a su misteriosa amada.
Hoy en día, estas cosas suceden en la realidad, aunque la
amazonas (o cenicientas) protagonistas son bastante más frívolas. Al parecer,
en Estados Unidos se está extendiendo una moda entre algunas mujeres que calzan
zapatos de aguja consistente en amputarse el dedo meñique del pie para poder
llevar mejor estos estrechos zapatos.
Nunca he entendido la tiranía de las modas más allá del
borreguismo servil de los primates, pero creo que esto roza ya los límites del
delirio. Claro que tampoco se trata de criticar por criticar. A fin de cuentas,
muchos aborígenes polinesios o amazónicos son capaces de realizar verdaderas
escabechinas en sus cuerpos, ya sea deformándolos, ya sea realizándose grabados
de lo más espeluznante. En su caso, se habla de “costumbres ancestrales o
antropológicas”.
Supongo que algo parecido debe suceder con las amputadoras
de meñiques. Esto de seguir una moda es mucho más poderoso de lo que pudiese
parecer a primera vista. Vaya, aquello que nos decían de pequeños nuestros
padres: “si tus amigos se tiran a un pozo, ¿tú también lo harás?”. Bien,
respuesta: parece que sí. Sobran los comentarios.
Buscando a ET dentro de la ballena
Leo en prensa que han sido detectados una serie de planetas
en el sistema estelar de Tau-Ceti, una estrella similar a nuestro Sol y
relativamente cercana a nosotros. Además, uno de ellos, de alrededor del doble
de la masa de nuestra Tierra, se encuentra en la zona habitable de Tau-Ceti,
conocida como zona ricitos de oro o ecosfera.
La astrofísica afina cada vez más su puntería. Cuando
estudiemos la atmósfera del planeta descubierto a través de análisis
espectroscópicos podría ser que nos llevásemos una sorpresa. El hecho de que el
planeta se encuentre en la ecosfera de Tau-Ceti podría implicar la existencia
de agua y, por lo tanto, de algún tipo de vida.
Creo que es cuestión de pocos años que los astrofísicos
terrestres encuentren alguna evidencia de vida en algún sistema estelar
cercano, suponiendo que ésta exista, claro. La tecnología está prácticamente ya
disponible y es cuestión de acertar en la diana correcta.
Es posible que dentro de un par de décadas, encontrar
planetas con signos de vida sea una simple rutina, cosa que actualmente sería
una verdadera revolución. No obstante, hay que ser prudentes, porque una cosa
es encontrar indicios de vida y otra muy diferente es encontrar vida en sí
misma.
Para estar completamente seguros, habría que ir allí y eso
es algo que actualmente está fuera de nuestra capacidad tecnológica. Se
tardarían décadas, cuando no siglos, en enviar una sonda no tripulada a alguno
de los sistemas estelares cercanos. Y digo “cercanos” por utilizar un término
conocido, porque realmente hasta la estrella más cercana (después del Sol,
claro) está increíblemente lejos para nuestros estándares humanos.
Lo de Tau-Ceti es una buena noticia, en cualquier caso,
porque demuestra que la existencia de planetas en la ecosfera en estrellas
similares al Sol no es algo extremadamente improbable. Podría ser que nos
hubiese tocado el premio gordo de la lotería cósmica. O podría ser que nos
hubiese tocado simplemente el reintegro. El futuro lo dirá.