23 agosto 2007

Correlaciones: La kumari viajera

En Nepal existe una antigua tradición religiosa que consiste en escoger de entre todas las niñas pequeñas del país a la que cumple con una serie estricta de requisitos. La elegida, la kumari, se convierte en una diosa viviente, tratada a cuerpo de rey, hasta que vierte la primera sangre, generalmente en forma de menstruación, momento a partir del cual es destronada y ocupa su lugar la siguiente kumari.

No entraré a valorar lo que me parece la “tradición” porque tampoco comprendo muy bien en qué se basa la tradición y no me gusta entrometerme en culturas ajenas, aunque supongo que la vida de las exkumaris no debe ser precisamente fácil.

Hay un maravilloso y estremecedor relato de ciencia ficción llamado “La pequeña diosa” (”The Little Goddess”, 2005) de Ian McDonald publicado en la Asimov Ciencia Ficción #21 que narra la vida de una de estas kumaris y su posterior vida una vez pierde el rango de divinidad.

En mi opinión es uno de los mejores relatos de los últimos números que publicó la Asimov antes de desaparecer del mercado español. Ahora, nos llega la noticia del Nepal de lo que le ha sucedido a la actual kumari de 9 años.

Al parecer, ésta viajó a Estados Unidos para explicar en una conferencia en qué consistía esto de ser una kumari. Pero existe la tradición de que la kumari no puede salir del país. De hecho, apenas sale del palacio en que se encuentra recluída, por lo que al volver estuvo a punto de ser destronada.

No obstante, no se sabe muy bien por qué, parece ser que los nepalíes se lo han repensado y han decidido “indultarla” y seguirá siendo kumari a pesar de haber viajado fuera del país y del templo.

El Tribunal Supremo de Nepal ordenó recientemente que una comisión de tres miembros investigue si los derechos de las tres niñas están siendo violados y sugirió que puede ser necesario algún cambio en la tradición.

1 Comments:

At 7:43 p. m., Blogger Mariano said...

Me enteré de la existencia de estas "niñas diosas" a través de un programa de televisión y me parecío una tradición interesante. Sin embargo, lei más acerca de ellas y me pareció anacrónico mantenerlas aisladas practicamente durante toda su niñez, sin tener la oportunidad de desarrollarse socialmente. Además la misma tradición las condena a una vida llena de soledad (ese cuento de que aquel que se case con una ex Kumari se muere... fatal!!!). ¿Dónde quedan los derechos de esas niñas? Habría que analizar más a fondo esa costumbre y, sobre todo, contrapesar el rol de los sacerdotes. En julio del año pasado los ancianos quisieron despojar a una de las Kumari de su divinidad por faltar a la tradición... o seaaaaa, ¿Tan facil es elegir a un dios y después mandarlo al cadalso? ¿Quién es el ser divino y quienes los fieles?
En fin, asi son las tradiciones... de lo contrario el mundo no sería tan rico, culturalmente hablando.
Saludos desde Perú.

 

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