01 diciembre 2006

Noticias del cielo

Un par de noticias relacionadas con el “cielo” me han sorprendido esta semana. La primera afirma que no hay evidencias de reservas de hielo en la Luna, como últimamente se creía. Concretamente, se suponía que existía una cierta cantidad de hielo en los polos de la Luna, pero estudios recientes han desvelado que, de existir, estaríamos hablando de cantidades muy pequeñas.

Uno puede preguntarse, ¿bueno, y qué? Pero tiene su importancia a largo plazo. Esta noticia podría complicar el futuro establecimiento de una base permanentemente habitada en la Luna. A fin de cuentas, nuestro satélite gigante es un punto de partida natural hacia el espacio exterior, es decir, hacia otros planetas y podría ser en el futuro un lugar al que trasladar muchas industrias potencialmente peligrosas que actualmente tenemos en la superficie de la Tierra.

Pero si hay que importar el agua de la Tierra o de los cometas, los costes de establecimiento de una base lunar se disparan astronómicamente, nunca mejor dicho, por lo que la existencia o no de agua en la Luna tiene su qué.

La otra noticia es tal vez más llamativa. Según algunos estudios recientes, parece ser que el impacto meteórico de Chicxulub no fue el responsable directo de la extinción de los dinosaurios a finales del cretácico. Al parecer, una combinación de varios impactos (entre los cuales se hallaría el de Chicxulub) y un aumento desaforado de la actividad volcánica en la India, que liberó cantidades ingentes de gases de efecto invernadero a la atmósfera, fueron los responsables de la extinción de los grandes saurios.

Nuevamente nos podemos preguntar, ¿y qué? Bueno, siempre es interesante saber que la vida es más resistente de lo que nos pensábamos. Si tuvieron que concurrir varios eventos ligados a la extinción para cargarse a los dinosaurios (y de paso, a dos terceras partes de las especies de la Tierra de entonces), ello aumenta nuestras probabilidades de supervivencia sobre la Tierra a largo plazo.

Si creemos en la lotería cósmica y en la estadística, ya “pronto” tocaría un gran impacto meteórico en la Tierra, así que si sabemos que eso no fue suficiente para eliminar a los dinosaurios, podría ser que tampoco lo fuese para eliminar completamente a la Humanidad. De hecho, es más probable que nos eliminemos nosotros mismos en cosa de décadas.