12 noviembre 2006

La transformación / Khristo Poshtakov

Khristo Poshtakov es un escritor búlgaro que se puso a escribir a la edad de cuarenta años por cuestiones bastante circunstanciales. No es lo que se dice, pues, una vocación temprana y precoz. Pero hay que reconocer que el buen hombre lo hace bastante bien.

Como escritor de relatos se lo ha comparado muchas veces con Robert Sheckley, si bien es tal vez algo menos moralista que éste, aunque por la aparente sencillez de sus narraciones, pero por lo bien pergeñadas que están, bien pudiera ser un Sheckley redivivo.

La colección de relatos titulada La transformación no es una obra cumbre de la literatura. Es simplemente una colección de buenos relatos, sencillos y entretenidos. No busque aquí el lector los paisajes oníricos de Ballard o los retratos psicológicos de Silverberg. Ni el surrealismo de Dick. Poshtakov tiene una voz más modesta, pero no por ello desdeñable.

Los temas que trata son bastante clásicos: el viaje por el espacio-tiempo, la cibernáutica, los alienígenas… sólo que no siempre están contados desde una perspectiva clásica. Se ha dicho que en los relatos de Poshtakov está presente la marca de la búsqueda de la libertad y del estado opresivo que vigila y condiciona, ya sea en forma de molestos vecinos, ya sea directamente.

Aunque yo destacaría más la originalidad del planteamiento que no esta supuesta búsqueda de la libertad.

Así, el metamorfo de “La transformación” no es nada temible y no pretende hacerse con el poder, suplantando a los máximos líderes mundiales: sólo quiere ir tirando y tener algún amigo con quien compartir su soledad.

El protagonista de “Nunca es demasiado tarde para un nuevo problema” sólo quiere gastarse el dinero que le ha tocado haciéndose construir una pirámide en el jardín de su casa. Claro que algo tan excepcional, no puede sino atraerse todo tipo de problemas imprevistos, inclusive la visita de unos extraños alienígenas.

Algunos relatos son, de hecho, más bien composiciones fantásticas, como es el caso de “El error” en que un viajero empieza a darse cuenta de que está con los pasajeros equivocados en el lugar equivocado.

“La fuerza de la evolución” nos cuenta la historia de un científico excepcional casado con una mujer vulgar que se adentran en una aventura verdaderamente increíble, jugando a ser Dios, con las consecuencias que ello implica. El relato contiene algún rasgo bastante escatológico que no hace sino manifestar la ironía y el sarcasmo del autor.

En “¿Podrás ser feliz, Ferenz Molnar?” se nos plantean cuáles son los límites de la experimentación médica y si cualquier cosa vale para salvar un paciente. En el relato, se nos presenta una medicina fríamente científica, desapasionada y completamente deshumanizada.

En “La actuación” es tal vez en donde se nos muestra más crudamente la lucha entre el determinismo y la libertad, desde un peculiar punto de vista, eso sí.

En “El cerco” se nos describen los terribles efectos de una nueva droga de uso popular que conduce a la locura definitiva.

Y, finalmente, “El obstáculo”, con unas ciertas resonancias a El experimento Dosadi de Frank Herbert, nos habla de una civilización que se ve espoleada a avanzar tecnológicamente a ritmos agigantados debido a un muro que impide comunicarse con el exterior de su ubicación. La narración plantea hasta qué punto la experimentación social es ética.

1 Comments:

At 7:41 p. m., Blogger Ricardo G. Yayo said...

Buenas,

Buscando información sobre los relatos que forman parte de la recopilación "La transformación" de Khristo Poshtakov he llegado a esta entrada de tu blog.
Actualmente soy bibliotecario en La Tercera Fundación (como antiguo bibliotecario en tiempos de Cyberdark sería extremadamente ingenuo por mi parte intentar explicarte lo que hacemos en L3F ;-) ) y no encuentro por ningún lado los títulos originales que componen este libro, así como los nombres de los traductores de cada uno de ellos. Como veo que has leído el libro, me preguntaba si podrías ayudarme a completar su ficha con esa información, ya que lo que tenemos hasta ahora es muy vago e intuyo que no del todo correcto.

He buscado una dirección de correo a la que escribirte pero no la he encontrado. Si puedes, te agradecería me ayudaras con los datos mandándome un correo: ricardog.yayo[arroba]gmail.com

Muchísimas gracias,

Ricardo.

 

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