20 noviembre 2006

Correlaciones: El test de Turing

Acabo de leer Axiomático, una excelente colección de Greg Egan que comentaré más adelante en un post específico y hace poco leí también Oceánico, del mismo autor. Una de las cosas que me han llamado la atención es que aparecen frecuentes referencias a inteligencias artificiales y, en concreto, al test de Turing.

Alan Turing fue un genial científico británico al que podríamos considerar uno de los padres de la informática y de la cibernética. Una de las propuestas teóricas que elaboró se conoce como el test de Turing. Se trataría de un supuesto test que debería pasar una máquina para que, mediante una conversación, fuese imposible distinguir si el otro interlocutor (al que no veríamos ni oiríamos, claro) fuese un humano o una inteligencia artificial.

Una máquina que superase el test de Turing sería indistinguible de un humano medio en muchos aspectos, como por ejemplo, el conversacional.

Una reelaboración inspirada en este test es un tipo de programa muy famoso, conocido con el nombre de Eliza. Un Eliza es un programa que incluso puede llegar a tener usos en psicología, con el que es posible dialogar aparentemente. El programa escanea determinadas palabras clave y formula preguntas y respuestas acordes con su programación.

Supongamos que decimos: “Estoy enfadado con mi madre”. El programa podría tomar como palabra clave “enfadado” y preguntarnos “¿Te enfadas a menudo con tu madre?” o tomar como palabra clave “madre” y decir algo así como “Háblame de tu madre”.

Desde luego, un buen programa Eliza es bastante complejo de programar, aunque mucho menos de lo que pudiera parecer. En castellano, la principal dificultad radica en la conjugación de los verbos, que es de aúpa, por no hablar de la detección de las frases hechas.

Hace unos años, cuando estaba bastante enganchado al IRC (chat) un amigo y yo construimos un Eliza que se podía conectar al IRC. Se llamaba Elizabeta (una beta es una versión de prueba de un programa). Al tener nombre femenino, inmediatamente se le comenzaban a abrir ventanas de diálogo de montones de usuarios masculinos que querían ligar con Elizabeta.

Para sorpresa nuestra, NADIE, absolutamente NADIE se dio cuenta de que estaban hablando con un programa. Alguno pensaba que Elizabeta era una chica pizpireta y algo excéntrica, pero jamás sospecharon que se trataba de un Eliza (y el nombre lo decía bien claro). Se puede decir que nuestro sencillo programita superó con creces el test de Turing para el usuario medio de IRC.

Este hecho me deprimió tanto que fue uno de los motivos fundamentales por los que abandoné el chat, pues me di cuenta que, en general, estaba perdiendo estúpidamente mi valioso tiempo y se lo estaba haciendo perder también a los demás.

Dice poco de la inteligencia media del ser humano que un simple programa de scripts de IRC fuese capaz de “engañar” durante semanas a tantísima gente. Yo aún no me lo puedo creer.

Así que cuando oigo hablar de inteligencia artificial y de reconocimiento del lenguaje, suelo esbozar siempre una sonrisa amarga en recuerdo de mi difunta Elizabeta. Que descanse en paz en el cielo del silicio.

5 Comments:

At 10:45 a. m., Blogger Yarhel (Enric Quílez) said...

En eso tienes razón, pero admíteme que para que un programa tan tonto como era Elizabeta pudiese engañar de esa manera a un montón de personas, ello dice muy poco de la inteligencia media...

 
At 11:55 a. m., Blogger Arioch said...

Pues sí, muy interesante la entrada. :D

 
At 7:42 p. m., Blogger Farseer said...

Demoledora crítica del IRC, desde luego, aunque estoy de acuerdo con odo en que engañar a usuarios de IRC a los que nadie ha advertido de que pueden estar hablando con un programa no es pasar el test de Turing (vaya perogrullada de test, por otra parte).

 
At 10:49 a. m., Blogger Farseer said...

odo -> No, ninguna. Me parece la única definición razonable, suponiendo que los examinadores sean competentes. Si nadie es capaz de distinguir la diferencia entre una IA y un ser verdaderamente inteligente es que, a todos los efectos prácticos, la IA es realmente inteligente. Lo que ocurre es que a veces los grandes conceptos filosófícos tienen grandes dosis de obviedad: Inteligente es aquello que otros seres inteligentes no son capaces de darse cuenta de que no es uno de los suyos... Bien, pero ya lo sabíamos, aunque no lo hubiéramos verbalizado.

 
At 6:09 p. m., Blogger Farseer said...

Bueno, entonces la contribución es alejar temas teológicos como el alma de la definición de inteligencia. Como no soy religioso ni siquiera me había planteado ese problema... :)

 

Publicar un comentario

<< Home